Luego de su pérdida increíble de peso, este ejemplar hombre corre en maratones y realiza labores sociales.
Rob Sparkes, es un estadounidense de 31 años que solamente caminaba desde el trabajo hasta un supermercado a comprar comida y luego a casa, no se ejercitaba para nada. Él, acababa de tener a su segundo hijo y se encontraba muy preocupado por no poder estar cerca de ellos para cuidarlos.
El hombre cuenta que sintió que estaba perdiendo su juventud muy rápidamente, se la pasaba comiendo por lo menos 6 mil calorías por día y llegó a pesar 200 kg. Este estado físico en el que se encontraba, le impedía jugar bien con sus hijos.
No podía jugar de perseguirlos y atraparlos porque era un total desgaste, ya que no tenía ni fuerzas ni energía para correr, todo esto a pesar de que los pequeños tienen las piernas más cortas.
Era imposible alcanzarlos pesando 200 kg, ya que su rutina de alimentación no se lo permitía. Al levantarse por las mañanas, se sentaba a ver televisión casi todo el día, desayunaba diariamente un pan con tocino y una botella de Coca-Cola, su almuerzo era una hamburguesa con papas fritas, luego comía patatas y tomaba chocolate caliente, mientras que en la cena se comía una pizza gigante él solo.
Se comía todo eso y más, casi siempre lo acompañaba bolsas de golosinas y confites cuando se sentaba a ver la televisión. Se decidió de ir a visitar a un médico, quien quedó sorprendido al ver que, a pesar de todo, no sufría de ningún problema de salud grave.
Pero Rob se dio cuenta que no podía ser ese padre que siempre estuviera presente en el juego de sus hijos, por lo que, decidió cambiar sus hábitos alimenticios de una vez por todas y a lo cual le sumó, una rutina de ejercicios físicos para ayudar a bajar de peso.
Con solo 31 años, se movía menos que los adultos mayores, pero, afortunadamente, se dio cuenta a tiempo, ahora pesa 103 kilos menos y corre en maratones. También participa en ayudas sociales, realizando una caminata de 40 kilómetros que van a los tres picos más grandes de Yorkshire, logrando recaudar hasta 1.800 dólares para luego donarlos a la Sociedad de Alzheimer.