Lilian asegura que su felicidad más grande es llegar en la noche a su casa y sus gatos la reciban.

“Los momentos más felices para mi es cuando llego en la noche y mis gatos vienen a recibirme, alborotados. Saludo a los que están cerca de la puerta y, a medida que entro, sigo hablando con los que veo en el patio”, dijo la mujer.

Su casa es un lugar realmente asombroso, ella comenta que toda la vida ha sentido un gran amor por los animales, pues vivió siempre entre ellos. En la casa donde creció, había muchos perros, gallinas, una vaca, un cerdito y un conejo.

“Me llamaba la atención que nosotros los humanos, cuando nos pasa algo, podemos hablar, podemos hacernos entender. Nos quejamos ante el más mínimo dolor. Pero los animales no, y los veía desprotegidos”.

A medida que la señora Lilian se hacía adulta, también se hacía más sensible y vulnerable ante los animales en la ciudad. Veía a los gatos abandonados en las calles que pasaban mucha hambre y necesidades.

Podía observar, cómo la gente le abría la puerta a sus perros para que salieran a hacer sus necesidades y ahí los dejaban hasta la noche, expuestos al peligro.

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Fue entonces en ese momento, que empezó a llevar animales a su casa, con el fin de darles alimento y protección. De esa manera, empezaron a llegar cada vez más y más gatos.

Llegaban de todos lados y en circunstancias diferentes. Perritos también llegaron, algunos eran viejos y enfermos, tenía que llevarlos a la veterinaria para que pudiera curarlos y luego hasta su casa para darles los cuidados necesarios para que se recuperaran.

Ella es una psicóloga, y pasa todo el día tratando de ayudar a las personas a que resuelvan sus problemas. “El proteger a los animalitos abandonados fue para mí un llamado natural, tal vez una extensión de lo que ya hacía con los seres humanos”.

Hoy en día, con Lilian viven 48 gatos y 6 perros, pero fueran muchos más porque unos se fueron poco a poco y otros no lograron sobrevivir.

Es así como su casa ha tenido la apariencia de un asilo para animales y a ella la conocen como la Dama de los cuarenta y ocho gatos.

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