Al parecer, a la RAE no le pareció nada bien el lenguaje inclusivo eliminando de su diccionario el pronombre “elle”, pero no descartan volverlo a incluir.
De un buen tiempo para acá hemos podido notar que el vocabulario, algunas personas sustituyen las letras “a” y “o” por las “e” o “x” para referirse a las personas que no se identifican con uno de esos géneros. Esto puede usarse como parte de un lenguaje coloquial de las personas, pero, en realidad no será aceptado por la Real Academia Española (RAE), quienes prohibieron incluirlos en textos lingüísticos.
Recientemente, se pudo conocer que la RAE comenzó a admitir algunos de estos términos, incluyendo el pronombre “elle”. Explican que “este es un recurso que ha sido creado y promovido en ciertos ámbitos como una forma de aludir a quienes puedan no sentirse identificados con ninguno de los dos géneros que tradicionalmente conocemos como “el” y “ella”. Su uso no está generalizado ni asentado”.
Los grupos conocidos como LGBTQ+ se sentían felices y emocionados, pues, pensaron que eso era un gran paso para adelantarse en la inclusión. Pero, para su desilusión, esto no duró mucho tiempo, ya que, pocos días después, la RAE se retractó, retirando el pronombre del vocabulario. Cuando alguien intenta buscarlo en el website lo marca como error, pues, no existe.
Enseguida comenzaron los comentarios en contra de esta acción y fue mucha la molestia que causó en aquellos grupos que creían en la inclusión. Aunque el término “elle” existe no quiere decir que sea aceptado. Pero esto no los detiene, ellos no pierden las esperanzas y aseguran que en algún momento se va a tomar en cuenta el valor que tienen y que, de seguro la volverán a incluir.
Tienen la plena seguridad que al pasar el tiempo van a surgir nuevas necesidades e irán creando otros términos para que su lenguaje sea favorecido. Por lo pronto, no han aceptado el ser inclusivo, pero si han aceptado algunos términos que se inclinan hacia la tecnología, usando algunos como “ciberataque” y “mutear”, entre otros.
Las reglas son las reglas, el castellano ya las tenía instauradas desde mucho antes y, aunque podrían llegar a modificarse, será necesario primero cumplir con una serie de requisitos a ser analizados antes de ser aprobados por la RAE.
