Ahora, la pequeña que adoptó tiene 25 años y es tan agradecida que le regaló una casa a su madre adoptiva.

Esta es la historia de Hu, una mujer oriunda de la ciudad de Anqing, en China, quien hace unos 25 años, vivió un momento que la marcó para siempre. Un día en 1993, la mujer se acercó a un basurero cerca de su casa, y se percató que había una bebé.

La tomó entre sus brazos y la cuidó con amor y cariño desde ese momento, tal y como su la hubiera parido. Actualmente, ella es toda una mujer y ahora cuida de su madre. “Cuando era niña, mi madre me cuidó muy bien. Ahora es el momento de cuidarla bien”, expresó la joven.

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Al parecer, la mujer deseaba con todas sus fuerzas ser madre y, por cosas del destino, le llegaría una hija, pero no por un embarazo. Fue entonces cuando al encontrarla, decidió cuidarla junto a su esposo y sin consultarle nada, pues, ya sabía que su sueño era ser madre desde hace mucho tiempo y no lo había logrado.

Esta fue una situación que les resultó algo increíble, era como caída del cielo, como un milagro de Dios. A pesar de que su situación económica no era la mejor, en lugar de alimentarla con leche, le dieron papilla.

La situación para ella se complicó cuando la pequeña tenía 4 años de edad, pues, su esposo había fallecido, quedándose sola su niña. Pero Hu no se rindió, no se dejó vencer por las adversidades, y comenzó un negocio para su sustento, vendiendo verduras y grillos en el mercado.

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Ahora que la chica es toda una mujer de 25 años, logró independizarse y se fue a su propia casa. Se casó, tiene hijos y vive en otra ciudad, comenta que se siente tan agradecida con su madre que le compró una casa de dos plantas, pues, la anterior a esa ya no estaba en buenas condiciones.

Visita a su madre con mucha frecuencia, no la abandona. Mientras tanto, Hu continúa trabajando igual que siempre, camina por el bosque para cortar leña, cultiva verduras y también cría pollos, pues, comenta la anciana que no quiere ser una carga para su hija.