Algunos lo llaman “embarazo geriátrico”, pero estas mujeres quieren eliminar ese término, pues, lo que buscan es establecerse antes de formar una familia.
Tener un hijo, no es una decisión que se debe tomar como un simple capricho o porque es algo que debe hacer todo el mundo. Es más que eso, es una gran responsabilidad que amerita tener cierto grado de madurez.
Se tiene la errónea idea, de que hay edades determinadas para dar a luz, pero, lo cierto que es no es así. Lamentablemente, en el mundo hay un estigma acerca de las mujeres que tienen hijos después de haber cumplido los 36 años, por lo que dices que ya son muy mayores para eso.
Aseguran muchos que cuando sus hijos tengan 15 años, ellas no van a tener la misma energía que una madre que parió a los 20 años. Lo que no saben estas personas, es que, no tendrán energía, pero sí tendrán más herramientas de pedagogía y más experiencia para poder educarlos y sacarlos adelante.
Recientemente, una compañía realizó una encuesta, que dio como resultado, que ha aumentado la cifra de mujeres que tienen hijos después de los 35 años. Lo que sí extraña es que a pesar de hacerse ahora una costumbre muy común, aún no se ha normalizado.
La mayoría de estas mujeres, sienten que están bajo un estigma, pues, estamos en una sociedad, en la que quiere envejecer antes del tiempo a las personas. Algunas niñas desde muy temprana edad ya se creen y actúan como adultas. Pero, la verdad es que, la edad es solo un número, y los impedimentos los pone la gente y sus paradigmas.
Médicamente hablando, las mamás mayores pueden correr riesgos de complicaciones durante el embarazo y en el parto, sin embargo, no es algo que ocurra frecuentemente y solo por ser de esa edad mayor.
Cada madre sabe cuál es el momento ideal para traer a un hijo al mundo, al sentirse estables y con capacidad de poder proveer todo lo que necesitará el bebé. Un ejemplo de ello es, Charlotte Tarrant, una madre feliz y orgullosa que dio a luz a su bebé a los 40 años, en 2017.
Asegura Charlotte que, “Realmente solo me sentí preparada para convertirme en madre cuando tenía treinta y tantos años. Quiero decir, en mis 20, todavía habría estado de fiesta tres o cuatro noches a la semana, y no creo que hubiera estado lista para enfrentar la maternidad”.
Del mismo modo, Wilma MacDonald parió a su hijo cuando tenía 38 años, y dice que fue lo mejor que le pasó, pues, ya estaba preparada para lo que iba a enfrentar.
