Un crimen que conmociona a Colombia
El senador colombiano y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay murió en la madrugada del lunes 11 de agosto, tras dos meses de lucha por su vida luego de un atentado en Bogotá. María Claudia Tarazona, su esposa, confirmó la triste noticia a través de las redes con un conmovedor mensaje «Gracias por una vida llena de amor. Descansa en paz, amor de mi vida, yo cuidaré a nuestros hijos».
El ataque ocurrió el pasado 7 de junio de 2025, durante un mitin en un barrio popular de Bogotá, cuando un sicario de 15 años le disparó tres veces, impactándolo dos veces en la cabeza. Hasta el momento, no se han esclarecido los motivos del crimen, pero las autoridades han señalado a una disidencia de las FARC como posible autora intelectual.
El empeoramiento de su estado y su batalla por vivir
Miguel Uribe Turbay, de 39 años de edad, pasó varias semanas en cuidados intensivos y fue sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas. A mediados de julio mostró signos de mejoría e inició un proceso de neurorehabilitación, pero su estado empeoró críticamente el sábado 9 de agosto debido a una nueva hemorragia cerebral, según informó la clínica donde estaba internado.
El senador, destacado líder de la derecha en Colombia y fuerte aspirante presidencial para 2026, deja en luto a su familia: un hijo pequeño y tres hijas adolescentes de su esposa, a quienes amaba como suyas.
Investigaciones y posibles responsables
Las autoridades han capturado a seis sospechosos, entre ellos el adolescente que disparó contra Uribe Turbay y Elder José Arteaga Hernández, alias «El Costeño», señalado como el cerebro logístico del ataque.
El director de la Policía Nacional, Carlos Fernando Triana, afirmó que «muy seguramente la Segunda Marquetalia», una disidencia de las FARC fundada por Iván Márquez, está detrás del crimen. Sin embargo, no se ha confirmado si Márquez y su segundo al mando, alias «Zarco Aldinever», siguen con vida, ya que circulan versiones no oficiales sobre su posible muerte.
Reacciones políticas y condolencias
La muerte de Miguel Uribe Turbay ha generado una ola de reacciones en Colombia y el exterior. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó su tristeza en redes sociales: «Profundamente entristecido por la muerte del senador colombiano @MiguelUribeT. EE.UU. se solidariza con su familia y exige justicia».
Mientras que, la vicepresidenta Francia Márquez también lamentó el suceso, con un emotivo mensaje: «Hoy es un día triste para el país. La violencia no puede seguir marcando nuestro destino. La democracia no se construye con balas ni con sangre».
El expresidente Álvaro Uribe Vélez, tío de Miguel y ahora en prisión domiciliaria, expresó «El mal todo lo destruye, mataron la esperanza. Que la lucha de Miguel Uribe Turbay sea luz que ilumine el camino correcto de Colombia».
Una vida marcada por la violencia
La tragedia de Miguel Uribe Turbay no es la primera en su familia. Su madre, Diana Turbay, reconocida periodista colombiana, murió en 1991 durante un fallido operativo de rescate mientras estaba secuestrada por orden de Pablo Escobar. El capo del narcotráfico ordenó su secuestro como parte de una campaña de terror para evitar la extradición de narcos a EE.UU.
¿Qué sigue en la investigación?
El crimen contra Miguel Uribe Turbay reabre viejas heridas en un país que ha sufrido décadas de violencia política. Las autoridades continúan investigando los vínculos entre los capturados y grupos armados, mientras la sociedad colombiana exige justicia.
Este suceso no solo impacta el panorama político de cara a las elecciones presidenciales de 2026, sino que también revive el debate sobre la seguridad de los líderes públicos en Colombia.
Conclusión
La muerte de Miguel Uribe Turbay es un duro golpe para Colombia, un país que aún lucha por superar la violencia que ha marcado su historia. Su legado como político y su trágico final serán recordados como un llamado a la paz y la justicia en una nación que clama por un futuro libre de violencia.
¿Se esclarecerá el crimen? Las investigaciones continúan, pero por ahora, Colombia llora la pérdida de un líder que soñó con un cambio.