Una mujer colombiana que padece de ELA, iba a ser sometida a una eutanasia el pasado domingo 10 de octubre.

La historia de Martha Ligia Sepúlveda, había estado en tendencia durante las últimas semanas. Se trata de una mujer natural de Colombia, que solicitó su propia eutanasia, por su padecimiento de ELA, o lo que es lo mismo, esclerosis lateral amiotrófica.

La mujer afirma que, “Si es desde el plano espiritual, yo estoy totalmente tranquila. Soy una mujer católica, me considero muy creyente de Dios, pero, repito, Dios no me quiere ver sufrir a mí y yo creo que a nadie. Ningún padre quiere ver sufrir a sus hijos”.

cancelaron-la-eutanasia-de-martha-sepulveda-antes-de-su-intervencion-mujer-padece-ela-movidatuy.com

Hasta donde se tenía previsto, la eutanasia de la mujer, estaba agendada para el domingo 10 de octubre, pero fue cancelada unas 36 horas antes sin respetar decisiones.

Quien se iba a encargar de este delicado procedimiento, era el Instituto Colombiano del Dolor (Incodol). Los responsables, emitieron un comunicado en el que, explicaban a detalle, del porqué decidieron cambiar los planes: “Al contar con un concepto actualizado del estado de salud y evolución de la paciente”, por lo que “se define que no se cumple con el criterio de terminalidad como se había considerado”.

cancelaron-la-eutanasia-de-martha-sepulveda-antes-de-su-intervencion-martha-y-su-hijo-federico-movidatuy.com

“La paciente, tiene altas probabilidades de expectativa de vida mayor a 6 meses”, explicaron los especialistas en el comunicado. Esta decisión, enseguida generó mucha molestia en la familia, ya que, hasta ese momento, desconocían por completo acerca de esta posibilidad. Por esta razón, reclamaron los no haber sido informados antes sobre su estado.

Federico Redondo Sepúlveda, hijo de la paciente, dijo a la prensa que, “Mi mamá y yo estamos bastante consternados, indignados porque fue una decisión sin siquiera notificarnos que el comité interdisciplinario iba a reunirse nuevamente”.

Por su parte, Martha, ya había perdido la fuerza en sus piernas desde su diagnóstico hace unos tres años atrás. Cada día se le dificulta más caminar y, además, soportar el dolor. La eutanasia, le había dado motivos para estar alegre en sus últimos días de vida, y ahora este cambio, lo arruinó todo.