Las cosas en el país cada vez empeoran más, en este caso le tocó a la producción de crudo en la vital Faja Petrolífera del Orinoco de Venezuela la misma se desplomó una cuarta vez y llegó a menos de 300.000 barriles por día en agosto debido a una escasez crónica de diluyentes, necesarios para mezclar con el crudo extrapesado de la zona, así lo afirman ciertos documentos.

Por otra parte se conoce la caída y la misma se genera cuando la petrolera estatal PDVSA dirige más de sus crudos medianos y livianos hacia la refinación nacional, con el objetivo de aumentar el suministro de combustible de motor, escaso en la nación de la OPEP, dejando poco para diluir el crudo de la Faja del Orinoco, parecido al alquitrán, y convertirlos en grados exportables más livianos.

En este sentido, podemos decir que la escasez de diluyentes podría amenazar la rela021, luego de que con el paso de los años la baja inversión tomó el protagonismo, sumado a esto están las sanciones por parte del gobierno estadounidense en 2019, estas que hicieron que la producción de crudo, el elemento vital de la economía de Venezuela, cayera a pique el año anterior a los niveles más bajos en décadas.

La producción por el piso

Para el mes de agosto la faja produjo una cantidad de 288.000 barriles por día (bpd) y al cerrar el mes solo incremento a 298.000 barriles. Dejando la producción total promedio 614.000 bpd en julio, según cifras que el país proporcionó a la OPEP. Las cifras indicativas de la producción de agosto señalaron los bajos inventarios de diluyentes siendo una causa de la reducción de la producción en tres proyectos más grandes de la faja: las empresas conjuntas Sinovensa, Petromonagas y Petropiar, de PDVSA con China National Petroleum Corp, Roszarubezhneft de Rusia; y Chevron Corp, respectivamente.

Cabe destacar que PDVSA, tiene participaciones mayoristas en las tres empresas conjuntas, sin embargo, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Por su parte un documento interno separado de PDVSA señalo que la terminal de José, el principal centro de mezcla y exportación de petróleo de Venezuela, estaba en “alerta máxima”, debido a la escasez de diluyentes.

Vale la pena resaltar que las sanciones estadounidenses complican la capacidad de la empresa para importar diluyentes.