Paul Tanner, crea piezas de prótesis 3D realistas usando una impresora, logrando partes muy similares a una parte real del cuerpo
La tecnología sigue avanzando cada vez más con el paso del tiempo, pero, esta vez es aún mejor. La mayoría de ellas, ha sido utilizada para lograr grandes avances en la medicina.
Hoy en día, muchos médicos especialistas tienen la capacidad de brindar una mayor ayuda a sus pacientes, logrando mejorar la salud de todas las personas que lo necesitan. Todo va desde poder aumentar la autoestima, hasta salvar una vida, y todo mediante el uso de las nuevas tecnologías.
Así fue que lo demostró el doctor Paul Tanner, quien está especializado en anaplastología, una ciencia que se dedica a la creación de prótesis para diferentes zonas del cuerpo que lo requieran. El doctor Tanner, decidió durante muchos años especializarse solamente en una zona en específico, en este caso, el rostro.
Son muchos los accidentes a los que pueden estar expuestas las personas, y con ello, también existe la posibilidad de que, en ellos, puedan perder alguna parte del cuerpo. Cualquiera que sea el accidente, desde una caída en bicicleta o un choque violento de automóviles, puede terminar por ocasionar la pérdida de la nariz, labios, dentaduras, orejas, entre otros.
Del mismo modo, habla acerca de las malformaciones genéticas de nacimiento, las cuales afectan la autoestima de algunas personas que la sufren, debido a su apariencia física. Eso es precisamente, lo que quiso atacar Tanner, al implementar la tecnología de las impresoras 3D, creando esas piezas del rostro, las cuales quedan exactamente iguales a la original.
Este especialista se ocupa de que cada una de las prótesis que hace, sean específicamente para quien la necesita. Por ejemplo, si una persona acaba de perder un ojo, el médico se encarga de imprimir uno de su mismo color y con las mismas características que tenía el original. Es tan impresionante, que aparentemente nadie podría pensar que se trata de una pieza artificial.
Actualmente, la tecnología ha permitido y lo seguirá haciendo, que muchas personas puedan recuperar sus narices, pómulos, orejas y hasta los ojos. Tanner asegura que, este trabajo va más allá de la ciencia, más bien considerándolo como un arte.