La mujer que pasó 38 años trabajando como esclava, hoy puede gritar “Soy libre” y celebra por primera vez su cumpleaños.

Madalena Gordiano es una mujer brasileña que, desde que tenía tan solo 8 años de edad, comenzó a trabajar en la casa de un profesor de nombre Dalton Rigueira. Allí, no disponía de un contrato, no le pagaban salario mínimo garantizado y no tenía descansos pagados.

Sabemos que la esclavitud se extinguió a finales del siglo 19, sin embargo, a pesar de esta práctica es condenada, existen lugares en el mundo en donde todavía está vigente.

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Un ejemplo de ello es la historia de Madalena, quien pasó 38 años de su vida siendo esclava en la casa donde vivía en Minas Gerais, Brasil. El profesor Rigueira la sometió y la obligó a que realizara trabajos domésticos en su casa sin ningún tipo de paga y beneficios.

Pues, no fue sino hasta hacer 8 meses que esa infernal situación llegó a su final, al ser rescatada de ese lugar. En ese momento, es que su vida iniciaba realmente, al retomar su libertad, aunque no ha sido fácil, ya que, ha tenido que pasar por un proceso judicial bastante largo, con el fin de que el Ministerio Público del Trabajo MPT y la Defensoría Pública del Sindicato, pudieran otorgarle una indemnización  por la gran cantidad de años que estuvo viviendo y trabajando en condiciones inhumanas y obligada.

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Pese a lo difícil de su situación, la mujer se mantiene optimista y alegre, sobre todo porque ha celebrado su primer cumpleaños en libertad. Ahora está lejos del yugo, los malos tratos y los trabajos forzados que tuvo que aguantar en la casa Dalton.

La mujer, bien feliz contó que “Nunca fui feliz así. Antes estaba triste. Muy triste“. Ahora, disfruta de todas las cosas de las que estuvo privada toda su vida, como por ejemplo, visitar el mar por primera vez, estudiar, maquillarse, peinarse y pintarse las uñas, pues, sus antiguos jefes le tenían prohibido todas esas cosas.

El caso de Madalena se hizo tan popular, que ahora se ha convertido en un ícono de lucha contra el trabajo doméstico esclavizado en Brasil. “Hoy siento que estoy bien. Corazón limpio. Estoy en libertad. Soy libre”, finalizó diciendo la mujer.