Esta familia tiene trece hijos varones, pero desean tener una niña y no se cansan de intentarlo.
Cuando una pareja se casa, uno de sus deseos más grandes es tener un bebé que, sin importar el sexo, sea sano y fuerte.
El caso de Irineu Cruz y su mujer es otro, pues desde el momento en que se casaron, su sueño más preciado es tener una niña. Pero al parecer, el destino tiene otros planes para ellos, pues hasta ahora tienen 13 niños.
Jucicleide, esposa de Irinau, dice que seguirá intentando y que no se rendirá hasta que pueda tener entre sus brazos a una bella princesita.
Irinau ha dicho: “Yo quiero tener muchos niños, para crear un equipo de fútbol”, y aunque mucho creen que se trata de una broma del padre, se equivocan, él ya ha formado su propio equipo con todos sus hijos, y cada uno de ellos llevan nombres de futbolistas que empiezan con la letra R.
Para el matrimonio de origen brasileño se ha convertido en un verdadero desafío el tener a una niña. Cuando se casaron hace 20 años, hicieron un trato, la madre elegiría el nombre si el bebé era niña y el padre elegiría si era niño.
Pero no todo salió como lo esperaban, pues lo que no imaginaron es que cada vez nacerían más y más varones, por lo tanto, el hombre decidió sus nombres, y todos comienzan con R.
La pareja no pierde la esperanza, y a pesar de los trece intentos fallidos, buscan que nazca la bebé. Como todos los brasileños aman el fútbol, y por esta razón, ellos se llaman: Robson (18), Reinan (17), Rauan (15), Rubens (14), Rivaldo (13), Ruan (12), Ramón (10), Rincón (9), Riquelme (7), Ramires (5), Railson (3), Rafael (2) y el más pequeño que se llama Ronaldo y tiene solo 2 meses de nacido.
Jucicleide cuenta que está asombrada y que jamás imaginó que le pasaría algo así, han pasado tantos años y ya tiene trece hijos y sin poder tener a esa pequeña princesita.
Su esposo creó ese equipo de fútbol, pero ella no desistirá hasta lograr dar a luz a una bebecita y así poner fin a la fábrica de niños. Asimismo, la mujer dice: “Debo cocinar un kilo de arroz, un kilo de frijol y uno paquete extra grande de macarrones para el almuerzo”.
Aunque haya momentos de crisis, nadie se queda sin comer, la poca comida que puedan tener se comparte entre todos.
En cuanto al comportamiento de sus hijos, se puede decir que es excelente y a pesar de las circunstancias, todos se sienten muy felices con sus vidas.