Los hechos del pasado fin de semana en Guiria ha terminado con la vida de al menos 22 venezolanos, por lo que el dirigente mirandino David Uzcategui, hace un llamado de atención para evitar que más venezolanos, arriesguen su vida en travesías que los lleven a la muerte, antes que seguir padeciendo la crisis en Venezuela.
Se siente una tristeza profunda al saber que venezolanos prefieren morir en el mar, que de hambre. En Venezuela se vive una crisis política, económica y humanitaria, que resulta insostenible para todos. La Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), reseña que son más de 5 millones de personas las que han huido del país, en busca de una vida digna que permita cubrir las necesidades básicas como la alimentación, empleo y vivienda, esto se traduce en la mayor crisis migratoria de América Latina en la historia actualmente, explica Uzcategui.
También acotó que es imposible no lamentar estos sucesos, no se trata de la guerra civil de Siria, nuestro país no está en guerra. Sin embargo, por aire, por tierra y mar se desplazan los venezolanos en busca de mejores condiciones de vida. Muchos de los que emprenden estas odiseas realizan caminatas de 16 horas diarias, por rutas que pueden superar los 3.500 kilómetros. Otros ponen en peligro su vida en el mar, navegando en pequeñas embarcaciones, sin ningún tipo de seguridad en las que pueden transportar de 25 a 30 personas.
Para el mes de noviembre se conoció de un grupo de venezolanos, entre ellos se encontraban 16 niños, los mismos fueron deportados en Trinidad y Tobago. En un lapso de 48 horas no había noticias del paradero de estas embarcaciones que transportaban a estos niños que junto a otros adultos, huyeron de la extrema pobreza que se vive en la actualidad en Venezuela. “Este caso va más allá de cualquier tema de política internacional. La isla por lo mínimo debió adoptar un enfoque humanitario y de Derechos Humanos, ya que se trata de una situación que involucra a niños”, añadió el dirigente.
Esta situación no puede continuar en el país
“Los responsables de la pobreza, falta de alimentos, hambre y la escasez en los servicios, no dan soluciones efectivas e inmediatas a esta pesadilla. Hay dolor por todos aquellos venezolanos que se han ido del país y por todas las cosas a las que han tenido que sobrevivir. Hay caos en las familias, la separación de tantas es lamentable. Esta sociedad se convirtió en una sociedad de padres y abuelos huérfanos. Todos absolutamente todos, somos necesarios y juntos es como debemos trabajar para que la reconstrucción de Venezuela sea posible”.