Puede que exista un virus, pero la Fe nunca dejará de ser, así son ahora los bautizos en tiempos de Coronavirus.
Los sacerdotes del mundo entero han tenido que restringirse con las actividades religiosas que acostumbraban hacer, debido a la terrible pandemia que azota al mundo y que ha obligado a seguir una cuarentena y distanciamiento social.
Por esta razón, algunos han decido ingeniárselas para no romper algunos protocolos religiosos, un ejemplo de ello es el sagrado sacramento del bautismo. Todos sabemos que en este tipo de ceremonia, asisten grandes cantidades de personas, pero, con el confinamiento los clérigos se han visto en la obligación de suspender los bautizos de sus feligreses.
En algunos países, solo se practica el distanciamiento social como medida preventiva y, aunque igualmente se les dificulta cumplir con sus actividades, no es impedimento para que cumplan con sus responsabilidades, en este caso, las religiosas.
Para no dejar de cumplir con ellas, los sacerdotes han innovado con esta idea fantástica, así los cristianos podrán dar el bautismo a sus hijos.
Así sucedió a principio de año, en el que una mujer de nombre Cynthia Holmberg, publicó una fotografía de ella con su esposo y su pequeña bebé sosteniéndola en sus brazos, y un sacerdote que, a cierta distancia le apuntaba a su hija con una pistolita cargada con agua bendita. La ceremonia bautismal, no fue en una iglesia, fue realizada en la casa de la pareja.
En las imágenes se puede apreciar bien, que también el padre Tim Pelc quien presta sus servicios religiosos en la parroquia St Ambose de Detroit, se hizo popular al usar una pistola de agua para bendecir las canastas de los dulces de Pascuas.
Todos sabemos que el aspergillum, es un instrumentos especial usado por los curas para esparcir agua bendita a sus feligreses, pero, este amerita un mayor acercamiento a las personas, por ello, pensaron que la pistola de juguete sería una mejor opción ya que se puede disparar a distancia con un buen alcance.
Es sin duda, una excelente idea para no dejar de lado las creencias y las costumbres religiosas, así se aprovecha de dar gracias a Dios por la vida y la salud.