El primer mandatario cataloga la salida de Afganistán dentro de una nueva y renovada política centrada en China, Rusia y el ciberterrorismo.
Las pérdidas humanas han sido impresionantes y sin lograr el claro objetivo que tenía esta misión, por lo que ya es hora de su retirada y sin pesares, así fue cómo ya las tropas estadounidenses fueron sacadas de Afganistán.
A lo primero que hizo referencia el presidente Joe Biden es que la Guerra ha terminado y no tiene ni un grado de culpabilidad. El primer mandatario afirma que ya era el momento indicado para salir. El presidente fue claro en sus opiniones acerca de esto no solo acabó la guerra de Afganistán, sino también la era del intervencionismo estadounidense con el que Washington ha intentado construir democracias por el mundo a su imagen y semejanza, y siempre fueron intentos fallidos.
Ya no más, se acabaron las grandes operaciones militares para tratar de rehacer otros países. Ya llegó la hora de decir la verdad a los estadounidenses, indicó el presidente sin parpadear de frente a las cámaras. La decisión ya se tomó y no hay vuelta atrás, la misión antiterrorista en Afganistán evolucionó a un intento de “crear una democracia cohesiva y un Afganistán unido” algo en lo que se falló estrepitosamente, a pesar de haber invertido dos billones de dólares y las vidas de 2.461 estadounidenses. “En algo que nunca se había hecho en muchos siglos de historia afgana” justificó.
El intervencionismo es un precio alto ya pagado
El precio que ha pagado Estados Unidos por mantener el intervencionismo en Afganistán ha sido muy alto y no se trata de los 300 millones de dólares invertidos a diarios y ni siquiera de la lista de vidas perdidas que guarda en su cartera, afirmó Biden, sino de los 18 veteranos que se suicidan a diario, a las pesadillas que les hacen sudar de noche, a los divorcios, los cumpleaños perdidos, los niños que crecieron sin padre, los amputados. “Las personas no son consciente del sacrificio que le estamos pidiendo al 1% en uniforme”, recordó.
El presidente Biden se rebeló
“Me niego rotundamente a enviar a otra generación de hijos a luchar una guerra que debería haber terminado hace muchos años”, el presidente sin importarle las encuestas ni estadísticas se rebeló. “Me niego a continuar con una guerra absurda que ya no sirve a nuestros intereses vitales de la seguridad de nuestra gente”
Para el primer mandatario, el cuarto que se enfrenta a la guerra de Afganistán, es hora de mirar al futuro. En esa bola de cristal visualiza otras amenazas, como la de China, a quien “nada le gustaría más que ver a los Estados Unidos embarrado en Afganistán durante dos décadas más”. Por otro lado están los retos de Rusia, donde cree luchar “en múltiples frentes”.
Los ciberataques, la proliferación nuclear, la competencia del siglo XXI enumeró.
