Se encontraron los restos de una oveja en el interior de una cabeza humana que tiene más de 2 mil años, un extraño hallazgo que pareciera que no tiene explicación.
Este acontecimiento ocurrió, en el túmulo de Shestakovsky, Rusia, luego de que un grupo de arqueólogos lo descubrieran y, los cuales cuentan que en el año 1968, fue encontrada esta cabeza que pertenecía a un joven que se supone que fue un guerrero que había sido incinerado.
La cabeza, había llamado la atención de los arqueólogos por mucho tiempo, luego de que fuera descubierta por primera vez por el profesor Anatoly Martynov. En aquella época, se le realizó una prueba de rayos X que pudo arrojar el siguiente resultado: “Hay huesos del cráneo y un pequeño espacio hueco que, sin embargo, no corresponde al tamaño interno del cráneo humano, pero es mucho más pequeño”.
Los expertos, decidieron que sería mejor no abrir la cabeza de arcilla, ya que se podría destruir esa reliquia tan antigua. Sin embargo, luego de casi 40 años de eso, estos científicos rusos, tomaron la decisión de retomar este misterio que ha venido persiguiéndolos desde hace algún tiempo.
Se cree que la reliquia pertenecía a la cultura Tagar, donde se elaboraban ritos funerarios y criptas gigantes que podían albergar hasta 200 cuerpos que habían sido quemados.
En estos rituales de la cultura, cubrían las cabezas de los muertos con arcilla y los moldeaban con una nueva cara, así lo explicó Elga Vadetskaya, una de las científicas participantes en el descubrimiento.
Usando una nueva tecnología, desplegaron la cubierta de la máscara del joven y lo que descubrieron fue impresionante. Ellos esperaban conseguir debajo, pequeños huesos humanos, pero no fue así.
El doctor Kostantin Kuper, del Instituto de Física Nuclear explicó que: “Se sugirió que había un cráneo humano adentro. Por supuesto, fue bastante sorprendente ver en su lugar el cráneo de una oveja”.
A su vez, el resto de los investigadores, presumen que los practicantes de esta extraña cultura, tal vez enterraron de esta forma a un hombre, cuyo cuerpo habría desaparecido, tal vez se ahogó o falleció en tierras más lejanas y, por ello, lo reemplazaron extrañamente por los restos de una oveja.
Impresionante ¿no te parece?