La pareja Karl y Victoria Shellard, explotaban a las hembras para que parieran y luego vendían ilegalmente a los cachorros.
Cada día que pasa, el maltrato y la explotación animal son condenados con más fuerza. Pese a que son grandes cantidades de organizaciones y activistas que luchan cada vez más por atender y solucionar estos problemas, son malas prácticas que siguen ocurriendo en el mundo.
Hace poco, se conoció el caso particular de una pareja. Se trata de Karl y Victoria Shellard, oriundos de Reino Unido que se estaba dedicando a la cría ilegal de la raza de perros bulldogs.
Ambos, sometían a su mascota a terribles condiciones de vida para que diera a luz la mayor cantidad de camadas que fuera posible. Con estas malas acciones, lograron amasar una importante fortuna, al vender a todas las crías. La buena noticia es que, fueron atrapados por la justicia.
Según fuentes locales, la pareja tendrá que devolver más de 450.000 libras esterlinas, lo equivalente a 615.800 dólares. Todo ello, luego de que se declararan culpables del delito por la cría irregular de estos canes, práctica que realizaban en su vivienda en Bonvilston, Vale of Glamorgan, Gales.
Confesaron que no contaban con los estándares de vida adecuados y necesarios para los perritos y que obligaban a las hembras a pasar por múltiples embarazos, las cuales daban a luz una camada cada año. De eso, las perritas no se podían recuperar, por lo que, tenían que someterlas a inseminación artificial.
En el año 2018, la pareja había sido advertida acerca de que necesitan tener una licencia de cría de perros si pensaban seguir con esas prácticas, de esa manera, podían garantizar las mejores condiciones de vida para esos animales. Pero, Karl y Victoria decidieron continuar con su negocio de forma clandestina.
Para el 2019, allanaron la casa de la pareja, encontrando a 28 perros y un laboratorio con equipos especializados para inseminación de perros. Además de ello, en otras propiedades de la pareja, encontraron unos 30 perros más, por lo cual realizaron un cálculo de unas 67 camadas de canes entre los años 2014 y 2020.
Contaron que vendían a los cachorros por un precio que superaba las 1.500 libras esterlinas (2.000 dólares). Por ello, recibieron una multa de 19.000 libras esterlinas, es decir, casi 26.000 dólares cada uno, además de pagar las costas procesales de 43.775 libras esterlinas o 59.800 dólares.