Al menos 150.000 migrantes están actualmente en la frontera norte de México con Estados Unidos, ante el fin de la política migratoria que impuso el país durante la pandemia.
Hasta los momentos, se conoció que, al menos, unas 60.000 personas se encuentran en Chihuahua esperando para entrar por El Paso, Texas. Esta situación también, en espera de que llegue a su fin la política migratoria fijada por el Título 42, que se tiene prevista para este próximo viernes.
Según lo que publicó The Times (citado por Sputnik) hay también un grupo de 35.000 personas que están en Tamaulipas, mientras que otros 25.000 estarían en Coahuila.
“Posiblemente hay cientos de miles de personas que viajan a través de América Central con el objetivo de cruzar a los Estados Unidos en las próximas semanas, también indican los informes”, asegura el medio.
Esta medida conocida como Título 42 fue impuesta durante el gobierno de Donald Trump durante la pandemia, la cual establecía que las autoridades de EEUU tenían el derecho de expulsar a todo aquel que cruzara la frontera, sin importar si contaba con pedido de asilo o no.
Todo ello, bajo “un criterio de seguridad sanitaria en beneficio de la Unión Americana”, explican los medios. Aproximadamente 2,6 millones de personas fueron expulsadas a México desde marzo de 2020 hasta marzo de este año, debido a esta norma.
Es por ello que, tras declararse el fin de la emergencia sanitaria en EEUU, se levantaría esta norma.
Acuerdos vía telefónica
De momento, se tiene información de que los centros de procesamiento están ya al límite, con unos 25.000 migrantes en total bajo custodia. Por tal motivo, este martes, el presidente Joe Biden y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tuvieron una conversación vía telefónica en la que discutieron formas de “reducir de manera urgente el hacinamiento” en la región.
Endurecimiento de la medidas en la frontera
No obstante, el levantamiento de la medida Título 42 podría llegar a dar paso a algunas resoluciones mucho más severas, como la del título 8, que establece que a aquellos que se les deniegue la entrada serán deportados.
Además, la deportación vendrá acompañada de la letra chica: Prohibición de ingresar al país por un lapso de tres, cinco y ocho años.
De igual manera, se le agrega que si la persona busca la forma de ingresar nuevamente a EEUU y es atrapado, podría pagar una pena de prisión en Estados Unidos.
“El jueves no termina nada; queda inaugurada una era más dura de detenciones, deportaciones y encarcelamientos. Y lo más preocupante es que eso incluye a refugiados, personas que legítimamente tienen derecho al asilo”, explica en el centro de El Paso Fernando García, director ejecutivo de Red Fronteriza de los Derechos Humanos, ONG que lleva 25 años trabajando sobre el terreno, citado por el portal El País.
