Luego de 72 años de pedir por la beatificación del “médico de los pobres”, el Vaticano pudo reconocer su milagro.

El ejemplar médico José Gregorio Hernández, se convirtió en una importante figura religiosa en nuestro país. Ha conseguido el reconocimiento del Vaticano por un milagro, que lo ha convertido en el nuevo beato de Venezuela.

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La causa de este doctor, no es nueva y tampoco ha sido sencilla. En el año 1949, fue que se dio inicio al proceso para poder convertirse en santo, siendo una figura cristiana importante en el país durante muchas décadas.

En cada hogar venezolano o, al menos en la mayoría, siempre se encontrará una estampita del Dr. José Gregorio Hernández. Con esa clásica foto donde sale con su traje negro, corbata y sombrero.

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Como ya es de saber, el médico de los pobres, nació en Isnotú, Estado Trujillo en el año 1864. Se mudó a Caracas desde muy joven para iniciar sus estudios de medicina, por ello se instaló allí toda su vida y donde dejó por siempre su huella.

Vivió en La Pastora, al oeste de Caracas, y siempre andaba de casa en casa atendiendo enfermos de pocos recursos económicos. Por cosas de la vida, Hernández se encontraba atendiendo a un paciente y al salir falleció cuando solo tenía 54 años. Fue arrollado por el único vehículo que había en Caracas.

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El lamentable suceso fue hace más de 100 años, en la esquina de Amadores, lugar en el que hay un gran mural en memoria del beato. Los habitantes de esa zona, se encargan de mantener su legado vivo y lo mantienen como un ícono de su cultura.

Justo al frente de ese mural, hay una farmacia que existía cuando José Gregorio aún vivía, y conservan allí, una serie de fotografías originales del doctor. Muchas personas pasan cada día por ese sitio y entran a la farmacia para ver sus fotos y preguntar sobre él, confirmando si de verdad falleció allí.

Otros, solamente se acercan para dejar ofrendas en agradecimiento por los favores concedidos o a pedirles por su salud. Hernández falleció en el Hospital José María Vargas al ser trasladado desde la esquina en la que atropellado. Allí conservan un altar religioso en su honor para dejar su historia siempre viva.

Sus restos reposan en la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria en Caracas, en la cual también siempre se reúnen sus devotos a pedir y agradecer por sus milagros. Desde siempre, el doctor Hernández ha hecho cientos de milagros, pero no fue hasta el 27 de abril de 2020 que la Comisión Teológica del Vaticano, pudo aprobar su milagro por haber curado milagrosamente a la niña Yaxury Solórzano, quien había recibido un disparo en la cabeza durante un asalto.