Recientemente, se comenzará a aplicar esta ley con el objetivo de poner fin a esta aberración sexual, incluyendo una inyección con una solución que reducirá la testosterona en violadores.
De manera extra oficial, se puedo conocer que Indonesia le ha seguido los pasos a Pakistán, aprobando la ley de castración química para los culpables de abuso sexual contra niños. Esta ley, tiene como meta principal, la aplicación de una inyección que causa una reducción significativa de los niveles de testosterona, de esta forma, se reducen también los impulsos sexuales.
Este tipo de castigo a los criminales sexuales, había sido aprobado en el año 2016 causado por un conmovedor caso de abuso sexual infantil que ocurrió en Indonesia.
Cabe destacar que el presidente de este país, Joko Wikodo, pudo firmar todas las pautas cuando recién comenzaba el mes de diciembre, documentos que daba permiso a los especialistas y expertos para aplicar este castigo a los criminales abusadores de menores.
Pero, como no todo es bueno, resulta que existe un grupo de médicos que difieren de esta ley, ellos forman parte de los activistas por los derechos humanos, discrepando de este tipo de práctica y están trabajando arduamente para que esta sanción sea anulada por completo, de hecho, la Amnistía Internacional hizo su rechazo a esa aplicación en Indonesia mediante un comunicado.
Según Papang Hidayat, quien es representante de Amnistía Internacional expresó: “La violación de niños es sin duda, abominable. Pero someter a los delincuentes a esa castración química o a las ejecuciones no es justicia, es agregar más crueldad a otra”.
De igual manera, en la Comisión Nacional de Violencia contra la Mujer, creen que no sea una buena salida para combatir el abuso sexual infantil, ya que se dan en ambientes de relaciones con alto grado de desequilibrio de poder, por lo que, tratar de controlar las hormonas en los hombres no pondrá fin a las violaciones.
Desde el año 2016, solo dos hombres han sido sometidos a este castigo, sin embargo, no se consiguió ningún lugar en el país dónde se lo pudieran administrar, pues, ningún médico se prestó para eso porque atenta contra su ética profesional.
Hasta los momentos, este país se está enfrentando a dos opiniones y pensamientos que se entrecruzan, solo queda esperar a ver cuál será el desenlace de esta historia.
