El régimen de maduro ha decidido otorgar ayudas económicas que multiplican hasta 10 veces el salario de los trabajadores públicos

La situación en económica del país no deja que nadie escape de los altos precios y las limitaciones que desde hace un tiempo se han anclado en esta nación.

Sin embargo, el Gobierno Nacional ha buscado la solución a través de estrategias que puedan disipar un poco esta realidad.

En este tiempo muchos grupos familiares se encuentran en situación de desempleo, para ellos se han creado más que todo, las bonificaciones que otorga el Estado,  por supuesto superan los ingresos del sueldo mínimo establecido por la ley.

La suma de todos los bonos que otorga el Gobierno Nacional supera al denominado salario mínimo, además de algunas bonificaciones esporádicas, sin embargo, esto no se traduce en producción o trabajo.

Cabe destacar que esta situación es considerada indeseable, porque lo correcto es incentivar el esfuerzo propio para obtener los ingresos familiares, “y no la dádiva”. Esto también ha incrementado la inefectividad de los diferentes entes laborales, ya que se desincentiva el deseo de educación y de prosperar, realmente resulta un factor adverso para el crecimiento tanto personal como laboral.

Por su parte se ha desarrollado una dicotomía entre el salario social y el salario mínimo, donde el salario mínimo ha perdido valor.

Asimismo, el salario mínimo nacional ha sido literalmente pulverizado por la hiperinflación, hay una gran brecha existente entre una percepción monetaria de 7 millones de bolívares y el valor de la canasta básica que se encuentra por el orden de los 600 millones de bolívares.

 

El sueldo y los bonos no son suficientes

En este sentido, nadie se explica como hace un venezolano para vivir con esta cantidad de dinero, lo que muchas veces conduce a un trabajador a tener que recurrir a un segundo empleo para poder cubrir por lo menos una pequeña parte de las cosas que necesita.

Sin duda, la situación del país ha hecho que muchas familias se adapten a un estilo de vida lleno de estrés y muchas ocupaciones para que al final del día puedan tener en su mesa por lo menos dos de las tres comidas diarias. Es una situación de la que ningún venezolano esta exento.