El país sigue sufriendo las consecuencias debido a los incendios forestales que no le han dado tregua. Cabe destacar que en Varimpompi, al norte de Atenas, el fuego se ha reavivado hasta el punto de obligar a las autoridades a desalojar a los vecinos de la zona.
Por su parte en Olimpia, al oeste del Peloponeso, el fuego sigue amenazando el emblemático sitio arqueológico, y cerca de una treintena de comunidades, así como campamentos infantiles han sido desalojados mientras el cuerpo de bomberos de la zona trabajan sin descansar. Dos de ellos, además de un civil, han sido internados en un hospital por presentar quemaduras leves, y otros más con problemas respiratorios.
Ayuda humanitaria del Estado
No obstante, el primer ministro griego, Kyriajos Mitsokakis, visitó la zona y garantizó al Estado prestar la ayuda necesaria a los afectados, y a su vez invitó a los escépticos del cambio climático a ser testigos de su impacto actual.
“Por desgracia, a pesar de que cuentan con la disposición de más medios aéreos de extinción de incendios per cápita que cualquier otro país, es imposible disponer de estos medios inmediatamente en todas las partes del país” información suministrada por el primer ministro.
“Cuando llegue el momento, y será pronto muy pronto, el Estado estará al lado de los ciudadanos afectados. Contamos con el marco legal de estas ayudas estatales, esto quiere decir que los que vieron sus casas destruidas por el incendio deben saber que serán reembolsados y que sus casas serán reconstruidas. Nuestros productores también serán reembolsados por toda la cosecha perdida o por los arboles destruidos”, prometía Mitsokakis.
El fuego no se detiene
Asimismo, se ha ordenado la pronta evacuación en varias zonas de la isla de Eubea, donde el incendio forestal está más agresivo y sin control alguno siendo declarado estado de emergencia, con las llamas devorando todo lo que encuentran a su paso desde hace tres días.
Otras zonas afectadas son Mesenia, en el Peloponeso o Grevená, al norte, se encuentran luchando contra el fuego, una buena medida a causa de elevadas temperaturas. Se trata de la ola de calor más salvaje de los últimos 40 años.
