Damien, es un joven de 29 años que pertenece a una comunidad denominada Adult Baby Diaper Lover, siendo fanáticos de los bebés.
Cada persona tiene sus propios gustos, costumbres y culturas, es solo que algunos podrán ser un poco extremistas. Así es el caso de este joven, que ha tenido problemas en su trabajo y vida, por culpa de su fanatismo extremo por los bebés.
Afirma que para él es muy vergonzoso hacer lo que hace, pero que verdad adora ese mundo de recién nacidos. Se trata de un bebé de 29 años, quien confiesa que ha tenido una gran cantidad de problemas para poder encontrar un empleo.
Jamás ha sido discriminado por su talento, ni por sus capacidades, sino que, más bien, no lo aceptan por sus pañales y a sus jefes esto no les agrada. El joven oriundo de West Virginia, Estados Unidos, pertenece a la comunidad ABDL (Adult Baby Diaper Lover), en la que se reúne una gran cantidad de personas que se consideran admiradores empedernidos de los bebés.
Ya ha perdido varios empleos a consecuencia de su comportamiento extraño y el uso de sus pañales en el lugar de trabajo. Ese fanatismo no es nuevo para Damien, ya que, desde hace muchos años atrás ya presenta estos gustos. Para ser específicos, desde la adolescencia y, aunque esto es considerado como una locura, su testimonio es muy asombroso por tener tanta valentía.
Confiesa el bebé de 29 años que, “Es algo en lo que siempre he estado desde que era muy pequeño. Si realmente tuviera que atribuirlo a algo, diría que a los episodios de Bob Esponja o Tom y Jerry en los que usan un pañal como broma o broma de usar y tirar. Me pareció muy atractivo y los llevo usando desde que tenía 16 años”.
“Les mentí y les dije a mis padres que tenía un problema de incontinencia en ese momento para que me compraran algo, esa fue mi excusa para usar los pañales. Finalmente, les dije la verdad. A mis padres no les importa en absoluto mis gustos. Nunca he tenido problemas con ellos en lo que respecta a mi estilo de vida”.
Lo cierto de todo esto, es que, para él no ha sido nada fácil enfrentar a la sociedad por sus actitudes, pues, si lo consideramos, no es un delito o un fanatismo que pueda ocasionar algún daño a las personas. ¿Es extraño? Sí ¿Vergonzoso? También, pero, como él dice, no es nada más que eso.