Esta vez el Ramadán coincidirá con la Pascua judía, lo que podría intensificar más el malestar en Jerusalén

El Gobierno de Maduro envió a la comunidad musulmana sus deseos de felicidad por el comienzo del mes de ayuno de Ramadán, el cual comenzó este miércoles 22 de marzo en Israel y en los territorios palestinos. 

Estos están ocupados entre el ambiente festivo característico de este mes sagrado musulmán y la tensión acumulada por la intensa escalada de violencia, mientras que la Policía y el Ejército israelíesse encuentran reforzando las medidas de seguridad respectivas en la zona.

Este período, que va marcado por el ayuno de día y cenas en familia, que tiene un profundo significado espiritual, corre el riesgo de ser un poderoso detonante que agrave las tensiones que tienen tiempo entre israelíes y palestinos, tal y como ya ha ocurrido en el pasado.

Además de esto, para la primera mitad de abril, el Ramadán va a coincidir con la festividad judía de Pésaj (Pascua judía) lo cual significa que se puede intensificar más el malestar en Jerusalén, ya que ambas religiones comparten lugares sagrados en la Ciudad Vieja.

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Jerusalén como epicentro de conflicto

La Ciudad Santa, es el principal epicentro del conflicto, y también será destino de decenas de miles de palestinos de Cisjordania y Gaza, a los que Israel permite un acceso temporal para que cumplan con sus rezos en la Explanada de las Mezquitas de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam, en la Ciudad Vieja, en la parte este ocupada de la urbe.

Para los judíos, allí se ubica el Monte del Templo, donde se supone que se levantó el Segundo Templo, que seríoa el lugar más sagrado para el judaísmo donde el culto se permite solo a algunos rabinos según sus propias normas. Sin embargo, movimientos sionistas religiosos cada vez son más partidarios del rezo general, otro foco que produce tensión con los palestinos.

Las guirnaldas, así como también las iluminaciones de colores y los adornos que son propios de esta festividad ya están decorando las calles de Jerusalén, Gaza, Cisjordania o de otras localidades palestinas de Israel, una región donde 7 millones de personas aproximadamente se preparan para celebrar de un modo u otro la festividad.

Se tiene previsto que la Policía israelí realice un despliegue de miles de agentes en Jerusalén con el fin de vigilar a los fieles que vayan a rezar al complejo de Al Aqsa, sobre todo ante el rezo del viernes, que es el más masivo y que congrega a decenas de miles de musulmanes venidos de toda la región.

En Jerusalén Este, Israel piensa frenar de manera temporal las demoliciones de viviendas palestinas que no poseen permiso de construcción. Esta medida suele tomarla por el mes sagrado musulmán, con el fin de evitar mayores picos de violencia; a pesar de que el ministro de Seguridad Nacional, el extremista Itamar Ben Gvir, quien controla la Policía, está en contra de ella.

El comienzo de esta festividad musulmana, no es calculada matemáticamente sino más bien con la observación directa de la luna, aunque suele haber discrepancias entre los diferentes países musulmanes, sobre todo entre los de mayoría suní y chií.