En Venezuela, la crisis está afectando a todos y las mascotas no son la excepción, son vulnerables y nadie dice nada.
Cada vez se hace más desesperante la crisis en este país, pues, además de lo difícil que está encontrar empleo, también hay que sumarle que es casi imposible alimentarse.
Así como las personas pasan trabajo para sostenerse, los animales peor, ellos sí que están desprotegidos. Son los más afectados por la situación. No pueden hablar ni elegir lo quieren.
Al menos las personas pueden, aunque sea recibir una caja de comida que, aunque no sea de la mejor calidad ni de la cantidad necesaria, tienen algo para comer. Pero los animales no, pues, si sus dueños sufren para poder comer, las mascotas pasan a un segundo lugar.
Todo esto ha provocado que muchas familias decidan abandonar a sus perros y gatos. Se hace imposible comprar perrarina y gatarina, sin contar los gastos del veterinario, como vacunas y vitaminas.
Es común ver en las calles a perros que antes eran bellos y saludables, como están “en los huesos”, casi muertos. No todos son así, también hay quienes no los abandonan. Así es el caso de una pequeña bóxer llamada Nina, quien todavía vive con su dueño, pero está muy delgada, duerme con él todos los días, pero apenas puede levantar su cabecita, con las pocas fuerzas que le quedan.
Otros no han corrido con la misma suerte de, por lo menos tener un hogar calientito. Las calles de Venezuela están llenas de perritos abandonados y se pueden ver cómo revisan los basureros en busca de algo para comer.
Resulta muy difícil determinar el número total de perros callejeros. Es irónico que, en el año 2014, el presidente de la república, fundara un refugio al que llamó “Misión Nevado” y que tenía como objetivo rescatar y proteger a todos los animales en situación de calle, no esté sirviendo para nada.
Ni siquiera se volvió a oír más de eso, pues, aunque si es cierto que son demasiados, por lo menos deberían reducir las cifras.
Lo cierto es que, no solo los perros y gatos sufren por la crisis, también se puede ver los caballos y otras especies de animales.
Son pocas las personas y asociaciones que se concientizan y con las uñas aportan un grano de arena a cada uno de estos seres.