La situación cada vez es más caótica, en el condado de los Ángeles, cada diez minutos muere una persona por el C-19 y los centros sanitarios están saturados con pacientes sin poder atender a los demás que están padeciendo por lo mismo u otras enfermedades.
Se trata de un caos extremo, a las ambulancias no le están permitiendo trasladar pacientes puesto que las posibilidades de sobrevivir son nulas, porque los hospitales ya no pueden atender más pacientes. Es mejor que se queden en casa esperando que ocurra lo peor, por la falta de asistencia médica, en los centros de salud no hay oxigeno y mucho menos espacio. Sea cual sea la dolencia, no tendrá atención por lo complicado que esta la asistencia en los centros hospitalarios.
En California, se confirmaron 74.000 nuevos casos lo que supone un record desde que comenzó la pandemia, se trata de un 11% más que la marca establecida el pasado 28 de diciembre, cuando se contabilizo un total de 66,726 casos positivos en una misma jornada. La cifra de fallecidos llego a los 379. Vale la pena resaltar que, ningún estado posee un panorama tan negro como el de California, con 2,4 millones de casos y 27.027 fallecimientos desde que comenzó la pandemia.
Cabe destacar que, las autoridades ya habían previsto la situación, que ha ido empeorando con el pasar de los días, y se agravaron más con las reuniones familiares durante las fiestas navideñas. Cada vez es más fuerte la situación en algunos hospitales donde médicos y enfermeras se ven a diario con la decisión de elegir a quien atender y a quien dejar en espera. Es tan crítico, que algunos pacientes han tenido que permanecer en una ambulancia por más de ocho horas antes de lograr ingresar en el hospital.
Asimismo, los hospitales han tenido que declarar desastres internos y han optado por abrir gimnasios para habilitarlos como unidades hospitalarias.
El personal médico ya se encuentra física y mentalmente agotado
El personal de asistencia médica, ha tenido que aplicar ciertas estrategias, una de ellas es dar de alta a los pacientes cuanto antes para liberar camas y seguidamente atender los casos más urgentes. El tema es que los números no cuadran. Unas 700 personas están siendo ingresadas cada día en el condado de los Ángeles pero solo estaban saliendo 500. Se teme que la nueva cepa detectada en diciembre en Reino Unido y que ya está presente en California agrave aún más la situación.