La joven mujer, atiende a pacientes en guaraní, siendo ahora la primera médica mujer en la historia.
Dara Ramires Lemes, es una joven indígena que pertenece a la aldea Te’yikue, ubicada a 15 kilómetros del centro de Caarapó, en Brasil. Dara ha contado que, pudo notar que la gente, siente como más confianza y comodidad hablando en su idioma nativo. Todos ello, al igual que la doctora, hablan portugués, pero, para ellos, es mejor cuando hablan con la misma identidad cultural.
Esta mujer, sin duda, ha logrado un hito de enorgullecimiento dentro de la comunidad indígena que la conoce desde que nació. Con solo 25 años, se ha graduado como la primera médica general que habla el dialecto guaraní y es hija de un kaiowá.
Además, está comprometida con el trabajo de salud, sin negar para nada sus raíces ni su cultura. Asimismo, aseguró que hablará siempre en su idioma, tanto en su trabajo como el su casa.
La joven kaiowá comenta “Me he dado cuenta de que la gente se siente más cómoda hablando el idioma nativo. Todos, como yo, también hablan portugués, pero es un consuelo saber que estamos hablando con la misma identidad cultural. Creo que muy pronto vamos a tener más profesionales como yo en el sistema sanitario. Ya hay estudiantes universitarios que estudian enfermería, odontología y áreas afines a la salud, que también son hijos de diferentes etnias. Ciertamente, como yo, también aportarán en el futuro de los pueblos indígenas”.
Dara, llegó con toda su familia a la aldea de Te’yikue en Ponta Pora, cuando solo tenía 5 años. Comentó que la zona estaba en completo abandono y vacía. A medida que la niña crecía, también crecieron los árboles frutales, además de haber construido un campo de fútbol en el que vivió muchos momentos de felicidad.
Cuenta también, que toda la vida le ha apasionado ese deporte y por eso hasta lo practicó, participando hasta en entrenamientos y competiciones en las que ganó varios títulos en algunos de ellos. Todo esto, la llevó a que se incorporara al club Atlético Mineiro.
Desde muy niña, se destacó como estudiante y, por ello, sus padres le dieron la responsabilidad de que trabajar en su puesto de ventas. Pero, no todo fue tan color de rosa para Dara. Por ser indígena, tuvo que enfrentarse a varios obstáculos y dificultades.
La barrera económica y cultural tenía que ser superada, pero nunca decayó en su objetivo. Logró estudiar y graduarse en una universidad federal. Logró todo lo que se propuso con el apoyo de sus padres.