La naturaleza es increíble, y es un verdadero milagro poder ver el nacimiento de un nuevo ser, así sucedió con esta yegua que parió a un lindo potrillo.
Para todas las personas que sienten gran admiración por los animales, pero en especial por los caballos, es emocionante poder presenciar el nacimiento de un potrillo.
Todo parto resulta doloroso para la hembra, pero definitivamente es un momento hermoso para quien es testigo de ello, el ver cómo va saliendo el animalito y cómo intenta ponerse de pie por primera vez, es realmente muy emocionante.
Este acontecimiento sucede muy a menudo, inclusive de gemelos, pero solo en humanos, raramente puede suceder en animales.
Los caballos son monocigotos, por lo tanto, solo pueden tener un solo feto, y un parto gemelar puede resultar muy peligroso tanto para la madre como para el pequeño. En este caso, la historia fue otra y ha tenido un final de película, muy feliz.
La fundadora de Saratoga Stud en Dusáfrica, cuenta que siempre ha sentido gran admiración por los animales y, a pesar que tiene toda su vida entre ellos, no deja de maravillarse, además, con cada experiencia que vive junto a su querida yegua Daisy.
Daisy estaba presentando varios días de retraso en su parto, por lo que Jenni, su dueña, tomó previsiones vigilándola día y noche, hasta que la yegua comenzó su trabajo de parto.
Ella pudo notar al nacer el potrillo que, era más pequeño de lo normal, comenzó a ver que pasaba algo raro, y decidió revisar la placenta. Para su sorpresa, vio cuatro patas moviéndose dentro.
Fue entonces, cuando Daisy entró de nuevo en trabajo de parto, Jenni alarmada y con ayuda de una colega ayudaron a la yegua a parir el siguiente pequeño. Impresionantemente había nacido otro potrillo y todos estaban con vida, Jenni estaba feliz por tener nuevos integrantes en su granja., y ha sido tal la felicidad que decidió compartir su historia para que el mundo se entere.
La naturaleza es hermosa ¿no lo crees?