Como hace mucho frío y hay gente viviendo en la calle, estas voluntarias tuvieron la noble labor de crear abrigo con paraguas reciclados.
La profesora Josélia Contage, explica que hay mucha gente sin hogar y sin consuelo, sobre todo en esta época donde hace mucho frío, por lo que, decidió junto a otras voluntarias más, el crear unos abrigos especiales e impermeables a partir de paraguas viejos reciclados.
“Hace mucho frío y pensamos en esa gente en la calle y sin ningún consuelo. Haciendo los refugios encontré una forma de ayudar. A veces creemos necesitar dinero para ayudarnos unos a otros, pero hay otras maneras”, dijo textualmente la profesora.
Estas personas pasan sus días en las calles lamentablemente, aguantando frío, lluvia, calor y muchas cosas más. Siempre terminan descansando en cualquier rincón y terminan exponiéndose a todos los peligros de la ciudad.
Una de las peores épocas para ellos, es sin duda, el invierno, pues, tienen que soportar temperaturas extremas. Es por eso que, este grupo de mujeres se condolió de este sufrimiento en Petrópolis, Brasil, al dar inicio a una campaña para ayudar a estas personas que se encuentran en situación de calle.
El nombre que le han dado al proyecto es “Urban Umbrellas”, en el que, las nobles mujeres, se encargan de reciclar paraguas viejos y llegan a transformarlos en lo que ellas llaman “refugios impermeables” y que son destinados a las personas que no tienen hogar y están en las calles.
Ellas son muy conscientes de que muchas personas no tienen dinero para poder colaborar, por ello, decidieron crear esta noble iniciativa. Solo buscan dar un poco de calor, comodidad y de dignidad a estas pobres personas. Con ello, alivian un poco su pesar.
Como sabemos, las telas de los paraguas son de un material impermeable, lo cual resulta ideal para cubrirse del agua y que, además, mantiene la temperatura. Por ello, ha pedido a sus vecinos que en vez de botar sus paraguas viejos, los donen para reciclarlos con su maravillosa idea de “Urban Umbrellas”.
Dicho proyecto, está encabezado por la profesora Josélia Contage, quien está acompañada en las labores por Marisa Alves y Ana Maria Rattes. Si el mundo tuviera más personas como ellas, de seguro no hubiera tanto sufrimiento.