Luego de haber comprado un sillón usado, notó que era bastante incómodo, aunque parecía ser lo contrario.
Un hombre de nombre Howard Kirby, quien vive en Michigan, Estados Unidos, hace poco decidió ir hasta la tienda beneficiaria Habitat for Humanity ReStore, a la cual va con regularidad, para comprar algo para su casa a un bajo costo, de esa manera se ahorraría unos cuantos dólares y, además ayudaría a los más necesitados.
En el lugar había muchos objetos y muebles en muy buen estado y bajo costo, él lo primero que vio fue un sillón que se encontraba en perfecto estado y que no costaba mucho, por lo que decidió llevárselo a casa.
El sillón se veía muy cómodo y acogedor, pero luego al pasar los días, Kirby se estaba arrepintiendo de haber hecho la compra, pues, no se sentía a gusto mientras estaba sentado en él.
El hombre tomó la decisión de devolver el sillón, pero antes de hacerlo, llamó a su hija para que lo ayudara a desarmarlo para ver cuál era la causa de su incomodidad y, no imaginarán la sorpresa que se llevaron.
En su interior se encontraba una caja metálica que contenía nada más y nada menos que más 43 mil dólares. Kirby aseguró: “Todavía tengo que pellizcarme para asegurarme de que no estoy soñando o algo así”.
Aunque a muchos les parecerá extraño, el hombre se sintió mal, pues, en su opinión no quería quedarse con un dinero que no es él, por lo que decidió ir al lugar donde lo compró, con el fin de averiguar de quien era y entregárselo.
La verdad es que la honestidad es una de esas virtudes que, hoy en día han desaparecido, sobre todo porque en los últimos años, lo que se escucha es de estafas y robos. Este hombre definitivamente conserva intacta su honestidad y fue en busca de los dueños de los dólares.
Resultó que el mueble fue donado por Kim Fauth-Newberry a la tienda para ayudar a los más pobres y, pertenecía a su abuelo, quien había fallecido hace un año, pero nunca sospechó que tenía esos ahorros en su interior.
Kirby entregó los 43 mil dólares a Kim y toda su familia lloraba de emoción sin poder creer esa increíble sorpresa que su abuelo les había dado después de muerto. Aunque el honesto hombre, necesitaba arreglar el techo de su casa, decidió hacer lo correcto y no se arrepiente.
