A medida que va transcurriendo el tiempo, las tarjetas de crédito han dejado de ser importantes tanto para los bancos como para los usuarios del mismo, ya que no aportan ningún beneficio como ni para uno ni para el otro, de manera que ha sido desplazado su uso poco a poco, llegando a ser obsoleto con respecto a los precios actuales del mercado.
En el país ya no se incrementan las tarjetas de crédito, al contrario, las entidades bancarias no muestran interés en inyectar el capital necesario para ampliar dichos monto, lo que afecta el consumo tanto a nivel empresarial como personal.
Actualmente el uso de tarjetas de crédito en el país quedo en el olvido, evidentemente es porque su límite no alcanza para adquirir nada. Los créditos por parte de los bancos han quedado sin efecto motivo por lo que los tarjetahabientes deciden no usarlas.
Por su parte, Rusvel Gutiérrez Presidente de la Cámara de Comerciantes y Aduaneros del estado (Caduainco) afirmó, que por motivos de hiperinflación los bancos no cuentan con fuerzas crediticias, es decir, “el tema de encaje legal ha hecho imposible la entrega de créditos y por eso los bancos se cohíben de subir los límites”.
Es importante saber que en años anteriores con las tarjetas de crédito se pagaba la inicial de un carro nuevo, una casa y en la actualidad no alcanza ni para sacar una copia.
Esta situación trae como consecuencia que la empresa responsable de la afiliación de puntos de ventas para el uso de las tarjetas de crédito, Credicard, sea pesado y lento en el proceso para los comercios por el grado de dificultad de respaldo emitida por parte de los bancos.
En la actualidad, se maneja información que en el Bacalao de Maiquetía no están aceptando tarjetas de crédito, porque los mismos están a la espera de la afiliación por parte de Credicard, comentaron que desde hace varios meses hicieron la solicitud sin tener algún tipo de respuesta, sin embargo, esperan que a partir de los próximos días acepten esta forma de pago.
Cabe destacar, que este tema es crítico en el país porque evidencia que no hay garantía que en algún momento los bancos comiencen a generar nuevamente el capital necesario para proporcionar un monto adecuado en las tarjetas y que alcance para tener un poder adquisitivo mayor del que está en el momento.
Los bancos son los encargados de aportar y emplear estrategias idóneas para solucionar esta problemática.