La mujer de 64 años está completamente angustiada porque la justicia decidió inhabilitarla para criar a sus hijos.
Mauricia Ibáñez, es una mujer de 69 años que dio a luz hace 4 años a los mellizos Gabriel y María de la Cruz. Lleva esa misma cantidad de años de juicio en juicio, tratando de convencer a los jueces de que a esa edad sí puede hacerse cargo de sus hijos. Aunque los estudios digan lo contrario, Mauricia sí se siente en capacidad para ello.
Sabemos perfectamente que en el mismo momento que una madre da a luz a un hijo, se crea un vínculo de por vida. Ese es un lazo de amor eterno, sin embargo, esta mujer que vive en España tendrá que romper ese lazo, ya que la justicia española la declaró no apta para criar y cuidar a sus propios hijos.
A esta mujer, le costó mucho quedar en estado, dio a luz a sus mellizos tras un largo tratamiento de fertilidad que se realizó en los Estados Unidos. Al momento en que a Mauricia le tocó registrar a sus hijos, Servicios Sociales comenzó a investigar su caso. Por lo que procedieron a someterla a un juicio en el que se ha tratado de defender a costa de lo que sea.
Pero las cosas no salieron como ella esperaba, pues, la corte determinó que los bebés están en una situación muy vulnerable. En realidad, los expertos aseguraron, que no se trata solamente de la edad. En este caso sería los rasgos de personalidad que hasta el momento, han afectado el desarrollo afectivo y psicosocial de ambos niños.
La señora de 64 años, vio que la ciencia y la tecnología podían ofrecerle la oportunidad de volver a pasar por la felicidad de un embarazo. Tal y como lo vivió con su primera hija, Mauricia quería embarazarse de nuevo, pero a su edad, era imposible biológicamente. Por ello recurrió a la reproducción asistida.
A pesar de todo lo que afirma la señora, el Tribunal Familiar revisó una y otra vez su caso a largo plazo. Después le fue asignado un seguimiento de Servicios Sociales para asegurarse de que la madre le esté ofreciendo a sus hijos un ambiente propicio y seguro para crecer.
Durante la audiencia, se notificó sobre las relaciones familiares que eran prácticamente inexistentes. Por su parte, Ibáñez dice sentirse muy angustiada y traumatizada desde que le quitaron a sus hijos en el año 2017. Desde entonces ha tratado de impugnar esa decisión, pero el Tribunal ya dio su última palabra. Ahora los niños tendrán que ser entregados a unos padres adoptivos.