Una de cada tres mujeres es violentada en el mundo, puede ser física, verbal o sexualmente, este maltrato por lo general lo ejerce algún hombre de su entorno. Hay muchas mujeres que son asesinadas por miembros de su propia familia, lo que significa que el peligro es latente, y más cuando se trata de su propio entorno familiar.

Gaza, no se escapa de estas estadísticas, en el Oriente Medio y el Norte de África entre el 40% y el 60% han vivido acoso sexual en las calles. La franja de Gaza es uno de los lugares donde más se presentan este tipo de violencia, además del bloqueo y la crisis es una tormenta perfecta para devastar a las mujeres que aquí viven.

Con el pasar de los años, las cifras violentas han incrementado, las victimas aparte de ser abusadas también se exponen al maltrato psicológico. Lamentablemente estos casos de violación y la agresión sexual no se denuncian, se estima que alrededor del 20% de las mujeres casadas han sido víctimas de violencia sexual en Gaza.

El sufrimiento es constante, además de tener que lidiar con la falta de recursos en el cuidado familiar lo que se traduce en presión y tensión social.

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Actividades para escapar de la presión

Un grupo de mujeres en Gaza, realizan actividades grupales para poder sentirse libres de expresarse. Por su parte, Amal Abu Rqaieq solo tenía 22 años cuando se separó de su pareja. Segura por los roles sociales de que había perdido su única oportunidad de sustento, se encerró un largo tiempo en la casa de sus progenitores. Hasta que  un día decidió tomar las riendas de su futuro y decidió apuntarse a un curso de carpintería. Fue de esta forma que se convirtió en una de las pocas mujeres que desempeña este oficio pese al inicial rechazo y no contar con los apoyos necesarios. Prosperó, se emancipó junto a su hija. Luego de sufrir un ataque físico, buscó la ayuda de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas.

Cabe destacar que, las mujeres en Gaza sufren de pensamientos suicidas, depresión, exclusión social y aislamiento, frustración, ansiedad y miedo al futuro y innumerables tipos de violencias machistas.

Las mujeres en su sensibilidad les cuesta superar este tipo de maltrato, sin embargo, muchas logran hacerlo con la ayuda adecuada. Lo más trágico de Gaza es que las personas se hacen de la vista gorda con la situación que sucede respecto a la violencia femenina, sin embargo, se ha levantado un Comité que presta el apoyo individualizado, atención psicológica y actividades en grupo donde las mujeres encuentran un poco de espacio para compartir y salir de ese ambiente tóxico que viven a diario.

Hay una esperanza y es que más mujeres se sumen a esta organización y reciban la orientación correcta para salir de la depresión y ganar confianza y avanzar en sus vidas, pese a las malas experiencias que les ha tocado vivir.